Proyectos Productivos en Cárceles.

En Mur Artesanías, creemos en el poder del trabajo artesanal como una herramienta de transformación social. Desde nuestros inicios, hemos visto cómo el arte de tejer no solo da forma a piezas únicas, sino que también reconstruye vidas. En muchos centros penitenciarios, el encierro no tiene por qué ser sinónimo de exclusión. A través de proyectos productivos en cárceles, es posible generar oportunidades reales para quienes buscan una segunda oportunidad y, al mismo tiempo, fortalecer el tejido productivo del país.

El poder del trabajo artesanal en la resocialización

Los proyectos productivos en entes penitenciarios han sido ampliamente estudiados por expertos en criminología y desarrollo social. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los programas de capacitación laboral pueden reducir la reincidencia en hasta un 50%. Además, un estudio del Ministerio de Justicia de Colombia indica que los internos que participan en actividades productivas tienen un 75% más de probabilidades de conseguir empleo al salir en libertad.

Desde Mur Artesanías hemos apostado por el trabajo artesanal en cárceles, convirtiéndolo en un puente entre el talento y la oportunidad. Nuestros procesos permiten que internos de diferentes centros penitenciarios no solo aprendan un oficio con un alto valor cultural, sino que también generen ingresos, recuperen su autoestima y fortalezcan su sentido de propósito y pertenencia. Cada mochila tejida y cada chinchorro confeccionado son más que productos: son testimonio de esfuerzo y resiliencia.

Beneficios para la comunidad y los artesanos

El impacto de estos proyectos productivos en prisión trasciende los muros carcelarios. Al dotar a los internos de herramientas productivas y conocimientos especializados, se les brinda una segunda oportunidad real de reintegrarse en la sociedad como ciudadanos económicamente activos. Un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) señala que los programas de resocialización laboral pueden disminuir la reincidencia hasta en un 80% cuando se complementan con educación y apoyo psicosocial.

Según la Cámara de Comercio de Bogotá, el mercado de productos con impacto social ha crecido un 30% en los últimos cinco años, lo que refleja un interés cada vez mayor de los consumidores por iniciativas de transformación social. Cuando una persona adquiere un producto artesanal hecho en prisión, no solo obtiene una pieza de calidad con historia y tradición, sino que también impulsa un modelo de economía solidaria e inclusiva. Cada compra es un voto de confianza en la capacidad de cambio de quienes buscan rehacer su vida.

Un llamado a los empresarios: apoyemos la resocialización

El impacto positivo de estos proyectos no debería depender únicamente de iniciativas individuales. Si más empresas confiaran en el talento de los internos y los integraran en sus modelos de producción, el cambio sería significativo. La articulación entre el sector privado, el sistema penitenciario y las iniciativas de resocialización es clave para generar oportunidades reales y sostenibles.

Desde nuestra experiencia en Mur Artesanías, sabemos que la reinserción social es un proceso complejo que requiere compromiso y visión a largo plazo. Apostar por estos proyectos no solo cambia la vida de los internos, sino que también fortalece el tejido social y económico del país. Creemos firmemente que el trabajo digno es una de las herramientas más poderosas para la transformación, y sabemos que muchas más empresas pueden ser parte de esta solución.

Si estás en búsqueda de una forma de generar impacto social desde tu empresa, considera incorporar en tu cadena de valor productos elaborados en estos entornos. Juntos, podemos demostrar que la artesanía no solo cuenta historias, sino que también teje segundas oportunidades. Construyamos un futuro donde el talento y la esperanza no tengan barreras.

https://www.youtube.com/watch?v=qR6rmgLIyO8&t=63s